Me atemoriza la idea de abrir
recuerdos, sumergirme, volver a vivir, sufrir, retornar.
Ya me he reinventado, no quiero ser lo que yace en mí, no quiero tener un viejo y añejo cuerpo de pecaminosas cicatrices, no quiero sentir el vacío que me asecha en los Domingos huraños, o en el primer día del mes. Quisiera desvanecerme y ser invisible, conocer el mundo desde el etérea naturaleza; sin embargo mis sentidos me han anclado a este terreno inestable de los sentimientos y sensaciones, donde los placeres y desconciertos se experimentan con rapidez.
¿Cómo puedo evitar la tristeza? ¿Cómo me mantendré alegre?
No es por cierto, el contraste quien abraza con como fuego.
Ya me he reinventado, no quiero ser lo que yace en mí, no quiero tener un viejo y añejo cuerpo de pecaminosas cicatrices, no quiero sentir el vacío que me asecha en los Domingos huraños, o en el primer día del mes. Quisiera desvanecerme y ser invisible, conocer el mundo desde el etérea naturaleza; sin embargo mis sentidos me han anclado a este terreno inestable de los sentimientos y sensaciones, donde los placeres y desconciertos se experimentan con rapidez.
¿Cómo puedo evitar la tristeza? ¿Cómo me mantendré alegre?
No es por cierto, el contraste quien abraza con como fuego.
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