martes, 4 de diciembre de 2012

Me despojo de la  tristeza, del desconcierto, de mi egoísmo, de mi pereza, de mi orgullo y  de mi temperamento;
Me llevo la esperanza, la fuerza, la virtud, la comunión y el amor...
Me voy porque esta  realidad me sofoca, reseca e inquieta;
Regresare con nuevas visiones, con el espíritu restaurado y la mente reconstruida;
Recapacitaré en mi vida, en los senderos por los que transito, en las heridas que causo, en los propósitos que me mueven a seguir caminando.
No estoy loca, siento que desterrarme de esta ciudad durante un tiempo es lo mas sensato que puedo hacer en un momento como el que atravieso.
Me duele mudar de piel, sobre todo cuando quedo en carne viva, a disposición de los prejuicios y ataques de aquellos que no me conocen lo suficiente como para comprenderme.
Le temo a la soberbia ajena, a sus temores dañinos, a sus hábitos perjudiciales...
No tengo remedio que sane estas heridas, excepto el de irme, reflexionar y volver a comenzar.
Aunque aun tengo responsabilidades para con los otros, no puedo quedarme inpavida ante la  realidad que me trasciende, debo  remover lo profundo de mi ser, cuestionar lo mas hondo y por fin con un estallido (que busca ser un humilde acto) liberarmé.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Allí, de donde viene mi pueblo, se cultivó el maíz, el amor y la sabiduría; se cuidó de las aves y la libertad, se recogieron los frutos de la tierra. En torno a lo que nuestros hermanos los animales nos brindaron, constituimos nuestra hist
oria:
Sus pieles fueron ofrecidas en agradecimiento a los servicios que los dioses y espíritus nos daban; en mi pueblo fue vertida la medicina de su sangre, fue adornada su cabeza con coronas de plumajes multicolor. Cuando el hombre blanco irrumpió como bestia a despojarnos de nuestra cosmovisión, murió allí nuestra sabia relación con ustedes, nobles seres vivos.
No puedo pedir perdón por atroces actos contra ustedes ejecutados: no puedo devolver la sangre succionada, cortar las correas asfixiantes engarzadas a su naturaleza libre, no puedo absorber los líquidos adheridos a sus genes ni puedo destruir todas las jaulas fabricadas para su cautiverio, no puedo cubrir con el precio de la sabia cortada, ni cargar con el precio de las especies extintas por razones humanas.
Me duele el vientre, carne que es como mi carne, pluma que es mi anhelo, naturaleza que es mi espíritu.
Cada siglo somos mas vulnerables a las inclemencias de la sociedad, mas atados a ciudad y sus estúpidos hábitos, porque eso son actos desmedidos por despojarnos de nuestra verdadera cosmovisión, enraizada en nuestros pies indígenas y nuestras manos mestizas.
No bastaran siglos de silencio por esta ciudad sitiada: manchada con borbotones de sangre indígena, expropiada, comercializada y olvidada por los hombres civilizados de esta ciudad metropolí, extranjerizada, suburbana, artificial y antinatural.

Aún así se comenta en la farándula nacional: que reina se lleva la corona en el mejor cuerpo y los peores argumentos; criterios de los que no me enorgullezco. La anorexia sistemática de las ideas de las reinas, los prototipos por ellas reproducidos, los valores nacionales y las erecciones masculinas sin fundamentos de amor... me causan nauseas. -Se dejaron seducir por el mercado de los cuerpos, por la feria de los glúteos y los productos cosméticos; cada año se ve reflejada la historia de un país alimentado con silicona, pueblo de plástico.
¡Meta tempesta!
Y ella, ¿Porque lloraba? No lo sabia, pero su llanto era profundo, las lagrimas se esforzaban al salir de sus ojos, recorrían su mejilla con calma, hasta que por fin caían llevadas por la fuerza de la gravedad del amor, hasta el pecho; en donde iban quedándose dormidas, así como cuando duerme un viejo, porque sabe que se acerca su ultimo suspiro.
Creitinismo-Valentina Castaño



Cuadro: Lina zuluaga

domingo, 2 de diciembre de 2012

Cual luna esplendida que acompasa los pasos del caminante infinito,
Cual sonido sutil que se despliega desde la flauta de un contemplativo hombre
Cual palabra pronunciada por un ancestral saber en rededor del fuego
Cual introspección continua que manifiesta los tesoros de la imaginacion

Cual espíritu sediento, infinito inexplorado, lugar sagrado, pagamento realizado; 
Cual acción cuyo objeto, fuese el amor y no la agresiva miseria;
Con cuales se forjo el mundo en hermandad.
Sinceramente quisiera expresar desde lo profundo de mi ser los sentimientos que ahora me confrontan; pero solo encuentro un gran juego virtual que en nada puede ayudarme, en especial me duele la miseria humana q
ue todos llevamos a cuestas, no me excluyo de ello porque la siento ta vivida cuando estoy junto a ustedes, que ya soy parte del juego. En este momento de mi vida debo tomar decisiones, algunas muy radicales y superficialmente egoístas, pero es que en realidad siento que no podre sobrevivir durante mucho tiempo en esta gran ficción, no solo me afectan las relaciones de consanguinidad, también me molesta la indiferencia de mis fraternos; el escenario de esta sociedad, la letal, la tecnológica, la alienante, la mutiladora...me causa una enfermedad degradadora con cadena perpetua; no lo soporto, ni me conformo; pero no valdría esforzarse durante siglos si consideramos que somos seguidores del "desarrollo" que yo denominaría "involución".
El panorama hasta el momento no deja de ser un memorandum sobre aquello que como sociedad no hemos hecho bien, sino que quiero poner sobre la mesa una cuestión aparentemente simple: ¿Es posible el cambio? Sí así es, seguiré en este constante caminar, desgastante cuando el paso es frenético, irreflexivo, oprimido por los obtusos sistemas de la modernidad.
Y aun así, existen personas acopladas al sistema que prefieren sollarse el momento, con placebos materiales, con masivos instrumentos que los aconductan con regulares dotaciones de creencias que saturan sobre sus vidas incompletas; aun así no pueden (ni quieren) hacer nada por trabajar comunitariamente por el bienestar.
En realidad, nuestro transcurrir son solo pequeños saltitos hacia la utopía que se encuentra a años luz de nuestras mentalidades y corazones. Aunque generalizo, cometiendo por esto un gran error, porque he juzgado acerca de aquellos que piensan de otra manera, sobre aquellos que trabajan por sanar sus heridas, por construir su pensamiento, por nutrir su espíritu, por aprender desde el cuerpo, por conocer desde el instinto y la naturaleza...Este escrito no tiene conclusión ni fin, ni siquiera una certeza como afirman las religiones, estas lineas cargan consigo un único llamado, el de la transformación.

Hasta en las fisuras del asfalto crecen las plantas.Hasta en los suburvios de la ciudad crecen los sueñosHasta en el seno de la ciudad caótica nacen los idealistas
Desconozco tantos lugares como sabores; tantas sensaciones como colores iridiscentes, tantas formas de organización, como lenguajes; incluso, desconozco el funcionamiento de la vida, la mente, el espíritu y el corazón; solamente he logrado experimentar con intensidad sus mortales deseos.