Escribo al padre
que el creador me ha asignado acertadamente,
al hombre que me guía, confronta, insinúa, corrige a través de su espíritu que contiene la experiencia y el conocimiento de su lado.
al hombre que me guía, confronta, insinúa, corrige a través de su espíritu que contiene la experiencia y el conocimiento de su lado.
Una búsqueda realmente esencial
es aquella que emprende el ser humano para comprender, aunque sea un poco, lo
incognoscible, lo insondable, lo profundo y lo trascendente. Aquel que quiere
desentrañar dichos misterios es realmente un espíritu valeroso, puesto que no
se conforma con la explicación mundana de la materia, sino que por el
contrario, halla su cimiente en las escrituras sagradas y revelación divina,
para tener plena conciencia de la verdad única, omnipresente, viva y magnánima.
Quien se ha sumergido en el mar
de conocimientos espirituales y ha sabido interpretar el amor en el que se
fundamenta este, tiene por deber ejecutar una gran labor: en donde su prédica y
su práctica sean coherentes con dicho saber, en donde la expansiva ola de pasión por la vida y el universo pueda
curar las carencias sociales y emocionales de los hombres que aún viven en la
miseria de la babilonia de sus mentes.
El poder de un Gran hombre reside
en como conjuga su sabiduría con el amor; en como protege la ley fundamental, en
como alimenta y abriga al menesteroso, pero sobre todo, en como experimenta la
conexión con la sublime verdad del Dios todopoderoso de forma que todo su ser
este consagrado a su servicio y todos sus pasos estén direccionados en su
voluntad perfecta.
La abundancia espiritual es
consecuencia del arduo trabajo y ejercicio en la benevolencia; la abundancia
material es el reflejo de nuestras creencias sobre nuestro valor;-¿Cuánto
merecemos?¿Para qué lo queremos? -Cuando comprendemos que Dios nos prueba en
algún aspecto de nuestras vidas para nuestro crecimiento personal, podemos
confiadamente rendirnos ante él, para
que moldee nuestro carácter y direccione nuestro pensamiento, para que estemos
en concordancia con la sanidad, la
prosperidad, los dones, la pureza, el amor.
El trabajo de reflexión y oración o continua conciencia en Dios, es muy importante en el proceso, puesto que en nosotros yace la chispa divina que hemos recibido a través de su poder para nuestra introspección; conocerse a sí mismo, es la clave del espíritu que florece, reconocerse como espíritu es el secreto para encontrar la felicidad en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia.
El trabajo de reflexión y oración o continua conciencia en Dios, es muy importante en el proceso, puesto que en nosotros yace la chispa divina que hemos recibido a través de su poder para nuestra introspección; conocerse a sí mismo, es la clave del espíritu que florece, reconocerse como espíritu es el secreto para encontrar la felicidad en cualquier momento, bajo cualquier circunstancia.
Somos humanos imperfectos, pero
nadie puede juzgar nuestros errores, excepto aquel que entiende su propia naturaleza
y realiza a cada instante un esfuerzo para aproximarse más a Dios; Él nos ha
brindado un espíritu semejante al de toda su creación, poseemos una mente para
crear con aquellas herramientas que él ha fabricado para nosotros, en nuestro
ser albergamos sentimientos puros, inocentes del pecado original; su provisión
es inagotable para aquel que fluye
dentro de su sustancia, él es capaz de romper los límites de nuestra herencia,
él tiene el poder de sanar todo, a nuestros allegados, a nuestra familia, a
nuestro ser completo; solo hay que creer en ello, Dios mismo hará proezas en
nuestras vidas si reconocemos que todo lo que somos es el mismo manifestándose
en nosotros como canal.
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