Mi cuerpo deja de ser "mi" cuerpo, mi mente deja de ser "mi" mente y se funde en el infinito, donde todo fluye en forma de energía; toda sensación que recibe "mi" ser universal, es un milagro que me permite experimentar la perfección del aquí y el ahora y comprender que todo es temporal, que todo tiene una naturaleza cambiante, que lo único verdadero trasciende las palabras y se desarrolla en un espacio de auto-sanación constante y exploración divina en la profundidad, esa es la realidad de la mente, su silencio, su conexión eterna, su viaje en el instante.
Mis creencias dejan de ser ciegas y mi mente se desata, se libera de sus propios apegos; la vida se convierte en una hermosa oportunidad para experimentar la paz; esta experiencia transforma y guía hacia el ser sin vicio ni ilusión.
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