Las palabras esperanzadas de los hijos de la utopía, forjan la realidad de un futuro próximo; que se acerca como mágico evento de las mentes y corazones sintonizados en el arte, la educación y la ciencia desde el principio elemental del amor fraternal, compartiendo con los maravillosos soñadores, que cotidianamente, plantan la semilla de una generación libre, integral y profunda; una causa que nos reúne y nos llama a emprender tareas para forjar el nuevo y eco-lógico mundo, del cual hacemos parte, pero contrariamos con cada habito que penetra nuestro consumista modo de vida, revelarse contra la esclavitud del potencial de las mentes, es comenzar por revolucionar el mundo introspectivo, para llegar a transformar retrospectivamente el resto de condiciones humanas que nos han atado; la sociedad no puede seguir siendo ese lugar tenebroso, de condenas, rencores y envidias; la sociedad no debe seguir siendo ese abominable reflejo de perdición y egocentrismo; de murallas y etiquetas, razas y exclusión; de inmoralidad y arribismo; la sociedad, tarde o temprano, demostrara un contundente cambio, cuando la crisis colapse en sus bolsillos y anhelos materiales, solo hasta entonces conocerán lo verdaderamente esencial, un indescriptible sentimiento de vació llegara, como consecuencia de su desenfocado propósito; cuando encuentren,finalmente, un camino gozoso del paraíso perfecto desde la interdependencia de células-biosfera, átomos-cosmos, humanos-plantas, animales, hongos-Yagé-medicina, arte-esencia, conocimiento-espiritualidad, y comprendan sus relaciones, ya tendrán la dirección de su camino comunitario, y el secreto de la verdadera evolución.